dimidium facti qui coepit habet: sapere aude (Horacio, Epístolas, libro I, Epístola 2 v. 40)
quien logra empezar tiene hecho lo más difícil: atrévete a pensar

domingo, 2 de enero de 2011

LA EPIFANÍA

La palabra Epifanía, que corresponde a la griega επιφάνεια, significa en su sentido etimológico "manifestación". Es una fiesta religiosa cristiana en la que Jesús toma una presencia humana en la tierra, es decir Jesús se "da a conocer". 

En la narración de la Biblia Jesús se dio a conocer a diferentes personas y en diferentes momentos, pero el mundo cristiano celebra como epifanías tres eventos: 

1) el primero ante los  Reyes Magos (Mateo 2, 1-12)




1 Τοῦ δὲ Ἰησοῦ γεννηθέντος ἐν Βηθλέεμ τῆς Ἰουδαίας ἐν ἡμέραις Ἡρῴδου τοῦ βασιλέως, ἰδοὺ μάγοι ἀπὸ ἀνατολῶν παρεγένοντο εἰς Ἱεροσόλυμα
2  λέγοντες, Ποῦ ἐστιν ὁ τεχθεὶς βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων; εἴδομεν γὰρ αὐτοῦ τὸν ἀστέρα ἐν τῇ ἀνατολῇ καὶ ἤλθομεν προσκυνῆσαι αὐτῷ.
3  ἀκούσας δὲ ὁ βασιλεὺς Ἡρῴδης ἐταράχθη καὶ πᾶσα Ἱεροσόλυμα μετ᾽ αὐτοῦ,
4  καὶ συναγαγὼν πάντας τοὺς ἀρχιερεῖς καὶ γραμματεῖς τοῦ λαοῦ ἐπυνθάνετο παρ᾽ αὐτῶν ποῦ ὁ Χριστὸς γεννᾶται.
5  οἱ δὲ εἶπαν αὐτῷ, Ἐν Βηθλέεμ τῆς Ἰουδαίας· οὕτως γὰρ γέγραπται διὰ τοῦ προφήτου·
6  Καὶ σύ, Βηθλέεμ γῆ Ἰούδα, οὐδαμῶς ἐλαχίστη εἶ ἐν τοῖς ἡγεμόσιν Ἰούδα· ἐκ σοῦ γὰρ ἐξελεύσεται ἡγούμενος, ὅστις ποιμανεῖ τὸν λαόν μου τὸν Ἰσραήλ.
7  Τότε Ἡρῴδης λάθρᾳ καλέσας τοὺς μάγους ἠκρίβωσεν παρ᾽ αὐτῶν τὸν χρόνον τοῦ φαινομένου ἀστέρος,
8  καὶ πέμψας αὐτοὺς εἰς Βηθλέεμ εἶπεν, Πορευθέντες ἐξετάσατε ἀκριβῶς περὶ τοῦ παιδίου· ἐπὰν δὲ εὕρητε ἀπαγγείλατέ μοι, ὅπως κἀγὼ ἐλθὼν προσκυνήσω αὐτῷ.
9  οἱ δὲ ἀκούσαντες τοῦ βασιλέως ἐπορεύθησαν, καὶ ἰδοὺ ὁ ἀστὴρ ὃν εἶδον ἐν τῇ ἀνατολῇ προῆγεν αὐτοὺς ἕως ἐλθὼν ἐστάθη ἐπάνω οὗ ἦν τὸ παιδίον.
10  ἰδόντες δὲ τὸν ἀστέρα ἐχάρησαν χαρὰν μεγάλην σφόδρα.
11  καὶ ἐλθόντες εἰς τὴν οἰκίαν εἶδον τὸ παιδίον μετὰ Μαρίας τῆς μητρὸς αὐτοῦ, καὶ πεσόντες προσεκύνησαν αὐτῷ, καὶ ἀνοίξαντες τοὺς θησαυροὺς αὐτῶν προσήνεγκαν αὐτῷ δῶρα, χρυσὸν καὶ λίβανον καὶ σμύρναν.
12  καὶ χρηματισθέντες κατ᾽ ὄναρ μὴ ἀνακάμψαι πρὸς Ἡρῴδην, δι᾽ ἄλλης ὁδοῦ ἀνεχώρησαν εἰς τὴν χώραν αὐτῶν.

 La visita de los Magos
 
1 Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén
2 y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo".
3 Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén.
4 Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.
5 "En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta:
6 Y tú, Belén, tierra de Judá,
ciertamente no eres la menor
entre las principales ciudades de Judá,
porque de ti surgirá un jefe
que será el Pastor de mi pueblo, Israel".
7 Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella,
8 los envió a Belén, diciéndoles: "Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje".
9 Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.
10 Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría,
11 y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.
12 Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.



2) el segundo ante San Juan Bautista en el Jordán (San Mateo 3, 13-17)
13 Τότε παραγίνεται ὁ Ἰησοῦς ἀπὸ τῆς Γαλιλαίας ἐπὶ τὸν Ἰορδάνην πρὸς τὸν Ἰωάννην τοῦ βαπτισθῆναι ὑπ᾽ αὐτοῦ.
14  ὁ δὲ Ἰωάννης διεκώλυεν αὐτὸν λέγων, Ἐγὼ χρείαν ἔχω ὑπὸ σοῦ βαπτισθῆναι, καὶ σὺ ἔρχῃ πρός με;
15  ἀποκριθεὶς δὲ ὁ Ἰησοῦς εἶπεν πρὸς αὐτόν, Ἄφες ἄρτι, οὕτως γὰρ πρέπον ἐστὶν ἡμῖν πληρῶσαι πᾶσαν δικαιοσύνην. τότε ἀφίησιν αὐτόν.
16  βαπτισθεὶς δὲ ὁ Ἰησοῦς εὐθὺς ἀνέβη ἀπὸ τοῦ ὕδατος· καὶ ἰδοὺ ἠνεῴχθησαν [αὐτῷ] οἱ οὐρανοί, καὶ εἶδεν [τὸ] πνεῦμα [τοῦ] θεοῦ καταβαῖνον ὡσεὶ περιστερὰν [καὶ] ἐρχόμενον ἐπ᾽ αὐτόν·
17  καὶ ἰδοὺ φωνὴ ἐκ τῶν οὐρανῶν λέγουσα, Οὗτός ἐστιν ὁ υἱός μου ὁ ἀγαπητός, ἐν ᾧ εὐδόκησα.


13 Por entonces vino Jesús de Galilea al Jordán, para encontrar a Juan y para que éste lo bautizara.
14  Juan quiso disuadirlo y le dijo: «¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita ser bautizado por ti.» 
15 Jesús le respondió: «Deja que hagamos así por ahora. De este modo cumpliremos todo como debe hacerse.» Entonces Juan aceptó. 
16 Una vez bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él.
17 Al mismo tiempo se oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo, el Amado; en él me complazco.»

 

3) el tercero ante sus discípulos, que es el comienzo de su vida pública con el milagro en Caná en el que inicia su actuación pública. (San Juan 2, 1-11) 

1 Καὶ τῇ ἡμέρᾳ τῇ τρίτῃ γάμος ἐγένετο ἐν Κανὰ τῆς Γαλιλαίας, καὶ ἦν ἡ μήτηρ τοῦ Ἰησοῦ ἐκεῖ·
2  ἐκλήθη δὲ καὶ ὁ Ἰησοῦς καὶ οἱ μαθηταὶ αὐτοῦ εἰς τὸν γάμον.
3  καὶ ὑστερήσαντος οἴνου λέγει ἡ μήτηρ τοῦ Ἰησοῦ πρὸς αὐτόν, Οἶνον οὐκ ἔχουσιν.
4  [καὶ] λέγει αὐτῇ ὁ Ἰησοῦς, Τί ἐμοὶ καὶ σοί, γύναι; οὔπω ἥκει ἡ ὥρα μου.
5  λέγει ἡ μήτηρ αὐτοῦ τοῖς διακόνοις, Ὅ τι ἂν λέγῃ ὑμῖν ποιήσατε.
6  ἦσαν δὲ ἐκεῖ λίθιναι ὑδρίαι ἓξ κατὰ τὸν καθαρισμὸν τῶν Ἰουδαίων κείμεναι, χωροῦσαι ἀνὰ μετρητὰς δύο ἢ τρεῖς.
7  λέγει αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς, Γεμίσατε τὰς ὑδρίας ὕδατος. καὶ ἐγέμισαν αὐτὰς ἕως ἄνω.
8  καὶ λέγει αὐτοῖς, Ἀντλήσατε νῦν καὶ φέρετε τῷ ἀρχιτρικλίνῳ· οἱ δὲ ἤνεγκαν.
9  ὡς δὲ ἐγεύσατο ὁ ἀρχιτρίκλινος τὸ ὕδωρ οἶνον γεγενημένον, καὶ οὐκ ᾔδει πόθεν ἐστίν, οἱ δὲ διάκονοι ᾔδεισαν οἱ ἠντληκότες τὸ ὕδωρ, φωνεῖ τὸν νυμφίον ὁ ἀρχιτρίκλινος
10  καὶ λέγει αὐτῷ, Πᾶς ἄνθρωπος πρῶτον τὸν καλὸν οἶνον τίθησιν, καὶ ὅταν μεθυσθῶσιν τὸν ἐλάσσω· σὺ τετήρηκας τὸν καλὸν οἶνον ἕως ἄρτι.
11  Ταύτην ἐποίησεν ἀρχὴν τῶν σημείων ὁ Ἰησοῦς ἐν Κανὰ τῆς Γαλιλαίας καὶ ἐφανέρωσεν τὴν δόξαν αὐτοῦ, καὶ ἐπίστευσαν εἰς αὐτὸν οἱ μαθηταὶ αὐτοῦ.

 Las bodas de Caná
1 Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.
Jesús también fue invitado con sus discípulos.
Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino».
Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía».
Pero su madre dijo a los sirvientes: «Haced todo lo que él os diga».
6 Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una.
7 Jesús dijo a los sirvientes: «Llenad de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde.
8 «Sacad ahora, agregó Jesús, y llevad al encargado del banquete». Así lo hicieron.
9 El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo
10 y les dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento».
11 Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

LOS MAGOS DE ORIENTE



La Historia de los Reyes Magos de Oriente fue escrita hacia el año 70 d.C. en arameo. Este texto no se ha conservado, pero nos ha llegado porque fue traducido al griego que era la lengua más conocida de la época en toda la cuenca del Mediterráneo.    
 
Su Historia se encuentra (ut v.supra) en el Evangelio de Mateo (2, 1-12). De los cuatro Evangelios, sólo Mateo nos cuenta este pasaje, cuando en tiempos de Herodes III el Grande, y habiendo nacido Jesús en Belén de Judea, llegaron allí en busca del rey de los Judíos unos magos venidos de Oriente, siguiendo una estrella que les guiaba por el camino.
 
Sin embargo, como se puede ver, en el texto de Mateo no se los nombra ni como "Reyes", ni como "Magos"; ni siquiera con los nombres con los que los conocemos: Melchor, Gaspar y Baltasar. No se sabe el lugar de donde vinieron. Una tradición fundada en el profeta Isaías (60,1-6) nos dice que procedían de Madián y de Efá, lugares que no conoce la ciencia geográfica Si recuurimos al cine, en El Evangelio según San Mateo (1964), Pasolini optó por el tono costumbrista a la hora de narrar la llegada de los Magos a Jerusalén. Plaza bulliciosa, gritos de mercadeo, ir y venir de gentes con mercancías. En ese marco abigarrado y confuso, aparecen los tres Magos, con sus camellos y sus criados, y atraviesan en silencio tan agitada escena. Tras pasar la puerta con doble arco que daba entrada a la ciudad, se dirigen por un camino estrecho hasta la misma sinagoga. Allí, en medio de una ceremonia judía de tono folclórico y deliberadamente anacrónico, los Magos preguntan a los jefes de los sacerdotes: “¿Dónde está el Rey de los judíos que acaba de nacer? Hemos visto en Oriente su estrella y venimos a rendirle homenaje”. En un contexto de barullo y gritos sueltos, son éstas las únicas palabras que oímos con claridad, antes de su encuentro con Herodes. Fiel, nuevamente, a su puesta en escena, el guión recoge sólo las palabras que Mateo incluyó en su Evangelio.
En El Mesías (1975), Roberto Rossellini quiso subrayar la faceta más humana de la vida de Cristo. En el pasaje vemos a  Herodes con los Magos y advertimos una clara intencionalidad paródica; nos muestra a un Herodes más preocupado por sus afeites y cuidados que por sus súbditos y su reino. Por eso, de los Magos recién llegados (le anuncian unos “sabios, príncipes astrólogos”) lo único que le interesa es el anuncio de un nuevo rey en sus tierras. Les muestra una falsa hospitalidad que es inmediatamente desacreditada en el gesto final con el jefe de su guardia.
 
 
 Por último, el pasaje más completo de toda esa secuencia nos la proporciona la película María de Nazaret (1995). Jean Delannoy muestra, primero, la llegada humilde de los pastores a la gruta y, en paralelo, la ostentosa recepción a los Magos. 
     
La larga tradición nos ha traido estos elementos identificadores que no constan escritos. Algunos historiadores apuntan a que se trata de "añadidos" en la traducción griega del arameo.
 
La fiesta de los Reyes Magos se celebra desde el siglo IV, y parece ser que es la respuesta de la Iglesia a una  celebración solar pagana. Se explica así que la Epifanía (Ἐπιφάνεια) se llame en Oriente 'la santa luz'.
 
La palabra "Magos" (en griego Μάγοι) era con la que se designaba a la casta de sacerdotes persas y babilonios dedicados al estudio de la astronomía y de la astrología. El hecho de considerarlos reyes es de origen posterior.  
Los Magos no eran reyes porque no fueron tratados como tales por Herodes, rey de Judea; ni magos prestidigitadores que hacían magia, sino científicos dedicados a la astronomía. Acostumbrados a estudiar la ciencia de los astros, un día observaron en el firmamento un fenómeno diferente a las estrellas que ellos conocían por su propia ciencia e impulsados por una revelación de fuerza interior, guiados por una estrella misteriosa,  se pusieron en camino hacia Belén, con la certeza en sus corazones  de que había nacido el Mesías, el Salvador, como ellos sabían, tal vez, por la revelación judía. Tampoco se sabe el tiempo que los Magos tardaron en llegar a Belén. Se piensa que como mínimo seis meses y como máximo de un año a año y medio.  
Las tradiciones antiguas que no fueron recogidas en la Biblia, como, por ejemplo, el llamado Evangelio del Pseudo Tomás del siglo II, dan su número y les asignan nombre: Melchor, Gaspar y Baltasar, posiblemente sacerdotes zoroastristas provenientes de Persia. Los nombres son, además, diferentes, según la tradición siriaca. 
La primera vez que surge el nombre con que hoy se conoce a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena, Italia. El friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes.
Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio, y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen, que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Gaspar, Melchor, Baltasar. 
La más antigua representación de los Magos. (Mosaico de Rávena, siglo IV.




El primero que convirtió en Reyes a los magos fue Tertuliano, quien descubrió en el Antiguo Testamento, concretamente en los Salmos de David, (Salmo 72, 20), un pasaje que aseguraba que unos Reyes acudirían a ver al Mesías poco después de su nacimiento.  En  dicho salmo aparece que los Reyes Magos venían de Tarsis, Seba y Sabá. Por lo que parece, en un primer momento sólo eran Magos, y para llegar a ser reyes tuvieron que pagar algunos impuestos en Sabá (“Los reyes de Tarsis y las islas traerán tributo. Los reyes de Sabá y de Seba pagarán impuestos”).

Hacia el siglo IV se configuró el número de magos en tres —no en vano eran tres los presentes citados en el evangelio, por alusión a la Trinidad, a los tres continentes conocidos en ese momento, a las tres razas humanas, a las tres edades del hombre…— y se les dio el apelativo de “reyes de Oriente”, pues la práctica de la magia estaba prohibida y el concepto de mago tenía una connotación peyorativa.

En el siglo XVI las necesidades de la Iglesia Católica le llevaron a identificar los tres reyes con los tres hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet) que, según el Antiguo Testamento, representaban las tres razas que poblaban el mundo. Así Melchor pasó a simbolizar los europeos descendientes de Jafet. Gaspar representaría a los asiáticos descendientes de Sem. Y Baltasar, negro y barbado, haría lo propio con los africanos descendientes de Cam.



LA ICONOGRAFÍA DE LOS REYES MAGOS


La tradición de los Reyes Magos tiene su genealogía. Se trata de un relato marginal dentro del Evangelio de Mateo sobre la Natividad, pero el relato del evangelista verá enriquecida su iconografía a lo largo de los siglos.

Los orígenes más completos del mito de los Reyes de Oriente se encuentran en el Protoevangelio de Santiago, escrito en la segunda mitad del siglo II d. C. De este texto deriva el Evangelio del Pseudo Mateo, que está datado en el siglo VIII de manera muy discutible, pero del que se conocen versiones latinas ya en el siglo IX. En él se afirma que los Magos llegaron a la casa de María y José después de dos años y que cada uno le regala al Niño una moneda de oro para después ofrecerle los tradicionales oro, incienso y mirra que todos conocemos de nuestra infancia.

Nuevos relatos enriquecieron el mito entre el siglo VI y el IX entre Siria, Armenia y Caldea, cuyas tradiciones  influyeron notablemente en la génesis de la leyenda.

Adentrándose en los mitos de su iconografía, iconología y símbolos asociadas a cada uno de ellos tenemos representados en cuadros, códices, pinturas y grabados desde el siglo IV principalmente en Europa media y el Medio Oriente las siguientes correlaciones: los tres Reyes Magos, sus ofrendas, su apariencia y el animal que les vincula.

Nos centraremos en el encargo que recibió el pintor BENOZZO GOZZOLI de representar la cabalgata que cada 6 de enero organizaban los gremios florentinos, y que representaba el viaje de los Reyes Magos hasta Belén. Gozzolli se inspiró directamente en una tabla de Gentile da Fabriano titulada "La Adoración de los Magos". De este modo recreó el espíritu cortesano del último gótico, tan del gusto del patriciado burgués de la ciudad, y del que Fabriano fue un destacado representante. Aunque actualmente esa tabla puede contemplarse en la Galería de los Uffizi, en aquel tiempo se encontraba en la Iglesia de Santa María Trinitá, de Florencia, para una de cuyas capillas la había encargado la poderosa familia Strozzi.


GENTILE DA FABRIANO. Adoración de los Magos (1423). Galería Uffizi, Florencia


BENOZZO GOZZOLI, "Cortejo de los Reyes Magos"