dimidium facti qui coepit habet: sapere aude (Horacio, Epístolas, libro I, Epístola 2 v. 40)
quien logra empezar tiene hecho lo más difícil: atrévete a pensar

domingo, 2 de enero de 2011

LA EPIFANÍA

La palabra Epifanía, que corresponde a la griega επιφάνεια, significa en su sentido etimológico "manifestación". Es una fiesta religiosa cristiana en la que Jesús toma una presencia humana en la tierra, es decir Jesús se "da a conocer". 

En la narración de la Biblia Jesús se dio a conocer a diferentes personas y en diferentes momentos, pero el mundo cristiano celebra como epifanías tres eventos: 

1) el primero ante los  Reyes Magos (Mateo 2, 1-12)




1 Τοῦ δὲ Ἰησοῦ γεννηθέντος ἐν Βηθλέεμ τῆς Ἰουδαίας ἐν ἡμέραις Ἡρῴδου τοῦ βασιλέως, ἰδοὺ μάγοι ἀπὸ ἀνατολῶν παρεγένοντο εἰς Ἱεροσόλυμα
2  λέγοντες, Ποῦ ἐστιν ὁ τεχθεὶς βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων; εἴδομεν γὰρ αὐτοῦ τὸν ἀστέρα ἐν τῇ ἀνατολῇ καὶ ἤλθομεν προσκυνῆσαι αὐτῷ.
3  ἀκούσας δὲ ὁ βασιλεὺς Ἡρῴδης ἐταράχθη καὶ πᾶσα Ἱεροσόλυμα μετ᾽ αὐτοῦ,
4  καὶ συναγαγὼν πάντας τοὺς ἀρχιερεῖς καὶ γραμματεῖς τοῦ λαοῦ ἐπυνθάνετο παρ᾽ αὐτῶν ποῦ ὁ Χριστὸς γεννᾶται.
5  οἱ δὲ εἶπαν αὐτῷ, Ἐν Βηθλέεμ τῆς Ἰουδαίας· οὕτως γὰρ γέγραπται διὰ τοῦ προφήτου·
6  Καὶ σύ, Βηθλέεμ γῆ Ἰούδα, οὐδαμῶς ἐλαχίστη εἶ ἐν τοῖς ἡγεμόσιν Ἰούδα· ἐκ σοῦ γὰρ ἐξελεύσεται ἡγούμενος, ὅστις ποιμανεῖ τὸν λαόν μου τὸν Ἰσραήλ.
7  Τότε Ἡρῴδης λάθρᾳ καλέσας τοὺς μάγους ἠκρίβωσεν παρ᾽ αὐτῶν τὸν χρόνον τοῦ φαινομένου ἀστέρος,
8  καὶ πέμψας αὐτοὺς εἰς Βηθλέεμ εἶπεν, Πορευθέντες ἐξετάσατε ἀκριβῶς περὶ τοῦ παιδίου· ἐπὰν δὲ εὕρητε ἀπαγγείλατέ μοι, ὅπως κἀγὼ ἐλθὼν προσκυνήσω αὐτῷ.
9  οἱ δὲ ἀκούσαντες τοῦ βασιλέως ἐπορεύθησαν, καὶ ἰδοὺ ὁ ἀστὴρ ὃν εἶδον ἐν τῇ ἀνατολῇ προῆγεν αὐτοὺς ἕως ἐλθὼν ἐστάθη ἐπάνω οὗ ἦν τὸ παιδίον.
10  ἰδόντες δὲ τὸν ἀστέρα ἐχάρησαν χαρὰν μεγάλην σφόδρα.
11  καὶ ἐλθόντες εἰς τὴν οἰκίαν εἶδον τὸ παιδίον μετὰ Μαρίας τῆς μητρὸς αὐτοῦ, καὶ πεσόντες προσεκύνησαν αὐτῷ, καὶ ἀνοίξαντες τοὺς θησαυροὺς αὐτῶν προσήνεγκαν αὐτῷ δῶρα, χρυσὸν καὶ λίβανον καὶ σμύρναν.
12  καὶ χρηματισθέντες κατ᾽ ὄναρ μὴ ἀνακάμψαι πρὸς Ἡρῴδην, δι᾽ ἄλλης ὁδοῦ ἀνεχώρησαν εἰς τὴν χώραν αὐτῶν.

 La visita de los Magos
 
1 Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén
2 y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo".
3 Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén.
4 Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.
5 "En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta:
6 Y tú, Belén, tierra de Judá,
ciertamente no eres la menor
entre las principales ciudades de Judá,
porque de ti surgirá un jefe
que será el Pastor de mi pueblo, Israel".
7 Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella,
8 los envió a Belén, diciéndoles: "Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje".
9 Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.
10 Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría,
11 y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.
12 Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.



2) el segundo ante San Juan Bautista en el Jordán (San Mateo 3, 13-17)
13 Τότε παραγίνεται ὁ Ἰησοῦς ἀπὸ τῆς Γαλιλαίας ἐπὶ τὸν Ἰορδάνην πρὸς τὸν Ἰωάννην τοῦ βαπτισθῆναι ὑπ᾽ αὐτοῦ.
14  ὁ δὲ Ἰωάννης διεκώλυεν αὐτὸν λέγων, Ἐγὼ χρείαν ἔχω ὑπὸ σοῦ βαπτισθῆναι, καὶ σὺ ἔρχῃ πρός με;
15  ἀποκριθεὶς δὲ ὁ Ἰησοῦς εἶπεν πρὸς αὐτόν, Ἄφες ἄρτι, οὕτως γὰρ πρέπον ἐστὶν ἡμῖν πληρῶσαι πᾶσαν δικαιοσύνην. τότε ἀφίησιν αὐτόν.
16  βαπτισθεὶς δὲ ὁ Ἰησοῦς εὐθὺς ἀνέβη ἀπὸ τοῦ ὕδατος· καὶ ἰδοὺ ἠνεῴχθησαν [αὐτῷ] οἱ οὐρανοί, καὶ εἶδεν [τὸ] πνεῦμα [τοῦ] θεοῦ καταβαῖνον ὡσεὶ περιστερὰν [καὶ] ἐρχόμενον ἐπ᾽ αὐτόν·
17  καὶ ἰδοὺ φωνὴ ἐκ τῶν οὐρανῶν λέγουσα, Οὗτός ἐστιν ὁ υἱός μου ὁ ἀγαπητός, ἐν ᾧ εὐδόκησα.


13 Por entonces vino Jesús de Galilea al Jordán, para encontrar a Juan y para que éste lo bautizara.
14  Juan quiso disuadirlo y le dijo: «¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita ser bautizado por ti.» 
15 Jesús le respondió: «Deja que hagamos así por ahora. De este modo cumpliremos todo como debe hacerse.» Entonces Juan aceptó. 
16 Una vez bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él.
17 Al mismo tiempo se oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo, el Amado; en él me complazco.»

 

3) el tercero ante sus discípulos, que es el comienzo de su vida pública con el milagro en Caná en el que inicia su actuación pública. (San Juan 2, 1-11) 

1 Καὶ τῇ ἡμέρᾳ τῇ τρίτῃ γάμος ἐγένετο ἐν Κανὰ τῆς Γαλιλαίας, καὶ ἦν ἡ μήτηρ τοῦ Ἰησοῦ ἐκεῖ·
2  ἐκλήθη δὲ καὶ ὁ Ἰησοῦς καὶ οἱ μαθηταὶ αὐτοῦ εἰς τὸν γάμον.
3  καὶ ὑστερήσαντος οἴνου λέγει ἡ μήτηρ τοῦ Ἰησοῦ πρὸς αὐτόν, Οἶνον οὐκ ἔχουσιν.
4  [καὶ] λέγει αὐτῇ ὁ Ἰησοῦς, Τί ἐμοὶ καὶ σοί, γύναι; οὔπω ἥκει ἡ ὥρα μου.
5  λέγει ἡ μήτηρ αὐτοῦ τοῖς διακόνοις, Ὅ τι ἂν λέγῃ ὑμῖν ποιήσατε.
6  ἦσαν δὲ ἐκεῖ λίθιναι ὑδρίαι ἓξ κατὰ τὸν καθαρισμὸν τῶν Ἰουδαίων κείμεναι, χωροῦσαι ἀνὰ μετρητὰς δύο ἢ τρεῖς.
7  λέγει αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς, Γεμίσατε τὰς ὑδρίας ὕδατος. καὶ ἐγέμισαν αὐτὰς ἕως ἄνω.
8  καὶ λέγει αὐτοῖς, Ἀντλήσατε νῦν καὶ φέρετε τῷ ἀρχιτρικλίνῳ· οἱ δὲ ἤνεγκαν.
9  ὡς δὲ ἐγεύσατο ὁ ἀρχιτρίκλινος τὸ ὕδωρ οἶνον γεγενημένον, καὶ οὐκ ᾔδει πόθεν ἐστίν, οἱ δὲ διάκονοι ᾔδεισαν οἱ ἠντληκότες τὸ ὕδωρ, φωνεῖ τὸν νυμφίον ὁ ἀρχιτρίκλινος
10  καὶ λέγει αὐτῷ, Πᾶς ἄνθρωπος πρῶτον τὸν καλὸν οἶνον τίθησιν, καὶ ὅταν μεθυσθῶσιν τὸν ἐλάσσω· σὺ τετήρηκας τὸν καλὸν οἶνον ἕως ἄρτι.
11  Ταύτην ἐποίησεν ἀρχὴν τῶν σημείων ὁ Ἰησοῦς ἐν Κανὰ τῆς Γαλιλαίας καὶ ἐφανέρωσεν τὴν δόξαν αὐτοῦ, καὶ ἐπίστευσαν εἰς αὐτὸν οἱ μαθηταὶ αὐτοῦ.

 Las bodas de Caná
1 Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.
Jesús también fue invitado con sus discípulos.
Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino».
Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía».
Pero su madre dijo a los sirvientes: «Haced todo lo que él os diga».
6 Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una.
7 Jesús dijo a los sirvientes: «Llenad de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde.
8 «Sacad ahora, agregó Jesús, y llevad al encargado del banquete». Así lo hicieron.
9 El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo
10 y les dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento».
11 Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

LOS MAGOS DE ORIENTE



La Historia de los Reyes Magos de Oriente fue escrita hacia el año 70 d.C. en arameo. Este texto no se ha conservado, pero nos ha llegado porque fue traducido al griego que era la lengua más conocida de la época en toda la cuenca del Mediterráneo.    
 
Su Historia se encuentra (ut v.supra) en el Evangelio de Mateo (2, 1-12). De los cuatro Evangelios, sólo Mateo nos cuenta este pasaje, cuando en tiempos de Herodes III el Grande, y habiendo nacido Jesús en Belén de Judea, llegaron allí en busca del rey de los Judíos unos magos venidos de Oriente, siguiendo una estrella que les guiaba por el camino.
 
Sin embargo, como se puede ver, en el texto de Mateo no se los nombra ni como "Reyes", ni como "Magos"; ni siquiera con los nombres con los que los conocemos: Melchor, Gaspar y Baltasar. No se sabe el lugar de donde vinieron. Una tradición fundada en el profeta Isaías (60,1-6) nos dice que procedían de Madián y de Efá, lugares que no conoce la ciencia geográfica Si recuurimos al cine, en El Evangelio según San Mateo (1964), Pasolini optó por el tono costumbrista a la hora de narrar la llegada de los Magos a Jerusalén. Plaza bulliciosa, gritos de mercadeo, ir y venir de gentes con mercancías. En ese marco abigarrado y confuso, aparecen los tres Magos, con sus camellos y sus criados, y atraviesan en silencio tan agitada escena. Tras pasar la puerta con doble arco que daba entrada a la ciudad, se dirigen por un camino estrecho hasta la misma sinagoga. Allí, en medio de una ceremonia judía de tono folclórico y deliberadamente anacrónico, los Magos preguntan a los jefes de los sacerdotes: “¿Dónde está el Rey de los judíos que acaba de nacer? Hemos visto en Oriente su estrella y venimos a rendirle homenaje”. En un contexto de barullo y gritos sueltos, son éstas las únicas palabras que oímos con claridad, antes de su encuentro con Herodes. Fiel, nuevamente, a su puesta en escena, el guión recoge sólo las palabras que Mateo incluyó en su Evangelio.
En El Mesías (1975), Roberto Rossellini quiso subrayar la faceta más humana de la vida de Cristo. En el pasaje vemos a  Herodes con los Magos y advertimos una clara intencionalidad paródica; nos muestra a un Herodes más preocupado por sus afeites y cuidados que por sus súbditos y su reino. Por eso, de los Magos recién llegados (le anuncian unos “sabios, príncipes astrólogos”) lo único que le interesa es el anuncio de un nuevo rey en sus tierras. Les muestra una falsa hospitalidad que es inmediatamente desacreditada en el gesto final con el jefe de su guardia.
 
 
 Por último, el pasaje más completo de toda esa secuencia nos la proporciona la película María de Nazaret (1995). Jean Delannoy muestra, primero, la llegada humilde de los pastores a la gruta y, en paralelo, la ostentosa recepción a los Magos. 
     
La larga tradición nos ha traido estos elementos identificadores que no constan escritos. Algunos historiadores apuntan a que se trata de "añadidos" en la traducción griega del arameo.
 
La fiesta de los Reyes Magos se celebra desde el siglo IV, y parece ser que es la respuesta de la Iglesia a una  celebración solar pagana. Se explica así que la Epifanía (Ἐπιφάνεια) se llame en Oriente 'la santa luz'.
 
La palabra "Magos" (en griego Μάγοι) era con la que se designaba a la casta de sacerdotes persas y babilonios dedicados al estudio de la astronomía y de la astrología. El hecho de considerarlos reyes es de origen posterior.  
Los Magos no eran reyes porque no fueron tratados como tales por Herodes, rey de Judea; ni magos prestidigitadores que hacían magia, sino científicos dedicados a la astronomía. Acostumbrados a estudiar la ciencia de los astros, un día observaron en el firmamento un fenómeno diferente a las estrellas que ellos conocían por su propia ciencia e impulsados por una revelación de fuerza interior, guiados por una estrella misteriosa,  se pusieron en camino hacia Belén, con la certeza en sus corazones  de que había nacido el Mesías, el Salvador, como ellos sabían, tal vez, por la revelación judía. Tampoco se sabe el tiempo que los Magos tardaron en llegar a Belén. Se piensa que como mínimo seis meses y como máximo de un año a año y medio.  
Las tradiciones antiguas que no fueron recogidas en la Biblia, como, por ejemplo, el llamado Evangelio del Pseudo Tomás del siglo II, dan su número y les asignan nombre: Melchor, Gaspar y Baltasar, posiblemente sacerdotes zoroastristas provenientes de Persia. Los nombres son, además, diferentes, según la tradición siriaca. 
La primera vez que surge el nombre con que hoy se conoce a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena, Italia. El friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes.
Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio, y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen, que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Gaspar, Melchor, Baltasar. 
La más antigua representación de los Magos. (Mosaico de Rávena, siglo IV.




El primero que convirtió en Reyes a los magos fue Tertuliano, quien descubrió en el Antiguo Testamento, concretamente en los Salmos de David, (Salmo 72, 20), un pasaje que aseguraba que unos Reyes acudirían a ver al Mesías poco después de su nacimiento.  En  dicho salmo aparece que los Reyes Magos venían de Tarsis, Seba y Sabá. Por lo que parece, en un primer momento sólo eran Magos, y para llegar a ser reyes tuvieron que pagar algunos impuestos en Sabá (“Los reyes de Tarsis y las islas traerán tributo. Los reyes de Sabá y de Seba pagarán impuestos”).

Hacia el siglo IV se configuró el número de magos en tres —no en vano eran tres los presentes citados en el evangelio, por alusión a la Trinidad, a los tres continentes conocidos en ese momento, a las tres razas humanas, a las tres edades del hombre…— y se les dio el apelativo de “reyes de Oriente”, pues la práctica de la magia estaba prohibida y el concepto de mago tenía una connotación peyorativa.

En el siglo XVI las necesidades de la Iglesia Católica le llevaron a identificar los tres reyes con los tres hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet) que, según el Antiguo Testamento, representaban las tres razas que poblaban el mundo. Así Melchor pasó a simbolizar los europeos descendientes de Jafet. Gaspar representaría a los asiáticos descendientes de Sem. Y Baltasar, negro y barbado, haría lo propio con los africanos descendientes de Cam.



LA ICONOGRAFÍA DE LOS REYES MAGOS


La tradición de los Reyes Magos tiene su genealogía. Se trata de un relato marginal dentro del Evangelio de Mateo sobre la Natividad, pero el relato del evangelista verá enriquecida su iconografía a lo largo de los siglos.

Los orígenes más completos del mito de los Reyes de Oriente se encuentran en el Protoevangelio de Santiago, escrito en la segunda mitad del siglo II d. C. De este texto deriva el Evangelio del Pseudo Mateo, que está datado en el siglo VIII de manera muy discutible, pero del que se conocen versiones latinas ya en el siglo IX. En él se afirma que los Magos llegaron a la casa de María y José después de dos años y que cada uno le regala al Niño una moneda de oro para después ofrecerle los tradicionales oro, incienso y mirra que todos conocemos de nuestra infancia.

Nuevos relatos enriquecieron el mito entre el siglo VI y el IX entre Siria, Armenia y Caldea, cuyas tradiciones  influyeron notablemente en la génesis de la leyenda.

Adentrándose en los mitos de su iconografía, iconología y símbolos asociadas a cada uno de ellos tenemos representados en cuadros, códices, pinturas y grabados desde el siglo IV principalmente en Europa media y el Medio Oriente las siguientes correlaciones: los tres Reyes Magos, sus ofrendas, su apariencia y el animal que les vincula.

Nos centraremos en el encargo que recibió el pintor BENOZZO GOZZOLI de representar la cabalgata que cada 6 de enero organizaban los gremios florentinos, y que representaba el viaje de los Reyes Magos hasta Belén. Gozzolli se inspiró directamente en una tabla de Gentile da Fabriano titulada "La Adoración de los Magos". De este modo recreó el espíritu cortesano del último gótico, tan del gusto del patriciado burgués de la ciudad, y del que Fabriano fue un destacado representante. Aunque actualmente esa tabla puede contemplarse en la Galería de los Uffizi, en aquel tiempo se encontraba en la Iglesia de Santa María Trinitá, de Florencia, para una de cuyas capillas la había encargado la poderosa familia Strozzi.


GENTILE DA FABRIANO. Adoración de los Magos (1423). Galería Uffizi, Florencia


BENOZZO GOZZOLI, "Cortejo de los Reyes Magos"





    lunes, 27 de diciembre de 2010

    ALEJANDRO MAGNO EN MADRID

    El Canal de Isabel II ha presentado la muestra "Alejandro Magno, encuentro con Oriente". Algo más de 300 piezas han sido reunidas en Madrid para dar cuenta de la vida y hazañas de Alejandro Magno. La exposición, cuyo comisario es el prestigioso arqueólogo e historiador Martín Almagro, gusta no sólo por ofrecer la posibilidad de adentrarse en la cultura helenística sino también por su cuidada presentación.
    Exposición de Alejandro Magno en Madrid

    La exposición se articula en torno a las expediciones y conquistas de Alejandro Magno desde que salió de Macedonia hasta su muerte. Un viaje que duro sólo 12 años, en el que la cultura helenística fue dejando rastro y, al mismo tiempo, absorbiendo otras.

    “Alejandro Magno, encuentro con Oriente” se distribuye en diez salas, siguiendo un recorrido lineal y coincidente con el avance de Alejandro Magno en su viaje por Asia. Así, el orden de las salas es: Grecia, El imperio Persa, Babilonia, la cultura en Babilonia, el ejército de Alejandro, Kurgansol, Helenismo en Oriente, Asia central y, por último, España.



    Además, cada una de las salas está asociada a un mirador que se asoma sobre el oscuro vacío desde el que se percibe la bruma de color que sumirá al espectador en un espacio mágico y teatral. En cuatro de ellos, se han instalado audiovisuales que tienen como objetivo adentrar al visitante de Arte Canal, en el fascinante mundo de Alejandro.

    La exposición tiene la particularidad de tener sombras, penumbras y proyecciones, donde la imaginación juega un papel importante haciendo que el espectador imagine los paisajes, castillos y paisajes; sobre la oscuridad de la sala flotan proyecciones de vídeo y sombras chinescas con un sonido ambiente misterioso. 

    Alejandro Magno


    Para explicar la vida de Alejandro Magno, 40 prestigiosos museos nacionales e internacionales, como el Museo Británico de Londres, el Estatal de Arte Oriental de Moscú; el de Arqueología de Sofía, los Museos Estatales de Berlín, los Museos Arqueológicos de Pella, Thasos, Tesalónica o el Museo del Acrópolis, todos de Grecia; el Museo de Viena, el de Arte Oriental de Roma, o el Museo Guimet de París, han prestado las más de 330 piezas expuestas, algunas de ellas nunca antes vistas en España.

    Entre las más destacadas de la exposición se encuentran los relieves en ladrillos esmaltados de la Puerta de los Leones de Babilonia, una de las joyas del Museo de Berlín; los diversos retratos de Alejandro, conservados en copias romanas o en monedas; alguno de los tesoros de la necrópolis real de Macedonia; placas de marfil tallado de Afganistán, que ilustran el refinamiento de los reinos surgidos tras el paso de Alejandro Magno por aquellas remotas tierras; o las primeras figuras de Buda del arte hindú surgido como reflejo del arte helenístico.

    El Canal de Isabel II ha construido un pequeño cine en la explanada de Arte Canal, con 140 butacas que, exteriormente, se asemeja a las murallas de Babilonia que Alejandro Magno cruzó con su ejército. En él se proyectará la película en tres dimensiones. Con ello se pretende contextualizar y reseñar la importancia de Alejandro Magno y que el visitante se adentre en la historia.



    Así es como está presentado el recorrido a través de 10 salas atractivas y mágicas: 


    Sala 0. Cine 3D «Alejandría, el sueño de Alejandro». El recorrido se inicia con la proyección en 3D de «Alejandría, el sueño de Alejandro». La película se desarrolla en torno a esa imagen mítica de la ciudad y sus edificaciones principales en el apogeo de la época ptolemaica y su fundador.

    Sala 1. Alejandro: Héroe y Mito. Este espacio está reservado a Alejandro Magno y sus increíbles hazañas, la brevedad de su vida, las anécdotas sobre su persona, sus legendarias y triunfantes campañas que supusieron, tras vencer a los persas, la helenización del corazón de Asia. Entre las piezas más importantes, el visitante podrá disfrutar de una escultura en mármol de Alejandro, procedente del Museo Arqueológico de Pella (Grecia).

    Salas 2 y 3. El Imperio Persa. Formado a partir de Persis (actual Fars, Irán) por la tribu de los aqueménidas, procedentes de la estepa euroasiática, se extendía desde el mar Egeo hasta el río Indo. Su arte se manifestaba en grandiosas construcciones y en espléndidas joyas, vajillas y vasos para banquetes.
    Entre las piezas destacadas, se podrá admirar una estatua ecuestre de Alejandro, procedente del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles


    Salas 4 y 5. Babilonia. En otoño del 331 a.c. Y tras vencer en la batalla de Gaugamela, Alejandro marchó sobre Babilonia, ciudad que lo recibió como triunfador. Desde allí, organizó la gran expedición que lleva a cabo por Asia central hasta las regiones más orientales del Imperio, más allá del río Indo. De esta sala se puede destacar un relieve de terracota con una pareja de músicos, del Museo Británico.


    Salas 6 y 7. El Ejército de Alejandro. El ejército de Alejandro Magno estaba integrado por 35.000 hombres. La mitad de su infantería se organizaba en «falanges», a la que sumaba la caballería, constituida por 5.000 jinetes. Para proteger sus comunicaciones construyó seis fuertes al norte del río Oxus, uno de los cuales es el fortín de Kurgansol, establecido a finales del siglo IV a.C. Entre las piezas sobresalientes de esta sala se pueden mencionar el casco calcídico, la pareja de taloneras y el peto procedentes del Badisches Landesmuseum (Museo Estatal de Baden).


    Sala 8. Helenismo en Oriente. Habiendo conquistado el corazón de Persia, Alejandro marchó a Bactria y a Sogdia, donde sus tropas conquistaron los territorios más allá del río Oxus (329-327 a.C.). Estableció fortalezas y fundó impresionantes ciudades, donde asentó a veteranos de su ejército. La convivencia con la población local dio lugar a una interesante cultura mixta greco-oriental, que se desarrolló en esas zonas del Asia central. Entre las piezas más importantes de este octavo ámbito, el visitante podrá disfrutar de un ritón que proviene del Museo Estatal de Arte Oriental de Moscú. 

    Sala 9. Del Helenismo al budismo. En Gandhara y regiones vecinas, desde Pakistán a Tayikistán, surgió un refinado gusto artístico, que unía al estilo griego helenístico influjos del arte palaciego aqueménida y una rica iconografía oriental al servicio de las creencias y mitos budistas. Esto ilustra la profunda introducción del helenismo en Oriente tras las campañas de Alejandro. De las piezas de referencia de esta sala se pueden mencionar, entre otras, el fragmento de una escultura de cabeza del Buda del Museo Estatal de Arte Oriental de Moscú.


    Sala 10. Alejandro en España. Si bien nunca llegó a Hispania, algunos historiadores cuentan que Alejandro pensó en conquistarla; y su fama llegó hasta estas tierras, pues en la antigua Cádiz se levantó una escultura en su honor. También uno de los más antiguos poemas de la lengua castellana, el Libro de Aleixandre, narra sus hazañas, que se recogen además como motivos artísticos en importantes obras del patrimonio español. En este último ámbito se puede admirar un medallón de oro con Alejandro con coraza y casco en el anverso, del Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa. 


    Alejandro Magno en el Quijote

    En esta magnífica exposición se exhibe también una excelente edición del Quijote, que incluye una buena biografía de Cervantes (1547-1616) y un importante aparato crítico, realizada a fines del siglo XVIII por el aragonés Juan Antonio Pellicer (1738-1806), conocido erudito y cervantista y miembro de la Real Academia de la Historia y de la Biblioteca Real.

    Esta edición la realizó Gabriel de Sancha, uno de los grandes impresores españoles del siglo XVIII, que a menudo llevó a cabo trabajos para las Reales Academias, pues sus impresiones se cuentan entre las más bellas y limpias realizadas en la España de la Ilustración.


    Bucéfalo y Rocinante

    La fama que desde la Antigüedad alcanzaron Alejandro Magno y su caballo, Bucéfalo, en España como por todo el mundo, también puede apreciarse en la genial novela de Don Quijote de la Mancha del inmortal Miguel de Cervantes, una de las obras literarias más famosas que se han escrito.

    En el capítulo I de la 1ª Parte, cuando Don Quijote decide salir de aventuras, cuenta Cervantes que, tras limpiar sus armas, "Fue luego a visitar a su Rocín y, aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro ni Babieca del Cid con él se igualaban". Es un bello ejemplo, ilustrado por el genial humor de Cervantes, que manifiesta cómo Alejandro y su caballo eran un modelo de referencia universal, plenamente comprensible, en la España y la Europa del siglo XVII.

    domingo, 19 de diciembre de 2010

    NAVIDAD / SATURNALIA

    Las Saturnalia eran unas fiestas en honor a Saturno, en un principio, dios de la agricultura y las cosechas. Con el tiempo fue equiparado a la divinidad griega Crono, dios del tiempo.

    Esta fiesta rememoraba la Edad de Oro de la Humanidad en la que Saturno gobernaba y en la que no existían las diferencias sociales, el sustento no se ganaba con el trabajo, reinaba la paz y siempre había comida.

    Al igual que se hace en nuestra era, el año se cerraba con unas festividades de alegría, paz y felicidad, pues estas conmemoraciones festejaban el fin del año y el comienzo de otro nuevo.

     

    Durante el tiempo que duraban estas fiestas, los patricios romanos abandonaban sus elegantes togas y vestían ropajes más sencillos y los esclavos dejaban de serlo por unas horas para vestir los atuendos de sus amos, incluso se permitía a estos criticar a sus señores con impunidad.
     
    Las celebraciones comenzaban con un sacrificio frente al templo de Saturno en el Foro Romano y continuaban con un fastuoso banquete público.

    El templo de Saturno en el Foro romano

    La duración de las fiestas fue un asunto no exento de polémica durante la época romana. En un principio se circunscribía al día del sacrificio pero después fue alargándose varios días hasta llegar a durar una semana entera, algunos emperadores como Augusto acortaron su duración pero la presión popular provocó que volvieran a tener una semana de duración.

    La costumbre en Saturnalia era salir a la calle a bailar y cantar con el pelo adornado con guirnaldas y velas en las manos. Se solía visitar a parientes y amigos y agasajarlos con regalos entre los cuales eran populares las frutas, velas y figuritas de terracota.

    También era habitual cometer todo tipo de excesos con la comida y la bebida, siendo estos unos días de desenfreno y bacanales, hasta el punto que los cristianos utilizaban el término "saturnalia" cuando se referían a una orgía.

    El poeta Catullo (84 a.C-54 a.C) decía que eran “los mejores días” y Séneca El Joven (4 a.C-65 d.C) que “toda Roma se volvía loca” durante las fiestas: “La multitud se deja llevar por los placeres”, escribió.

    Los romanos salían a la calle a bailar y cantar con guirnaldas en el pelo, portando velas encendidas en largas procesiones. La Saturnalia era una ocasión para visitar a los amigos y parientes e intercambiar regalos.


    Intercambio de regalos

     

    Saturno, Mitra y la Navidad

     

    Pero no solo la pagana religión romana se veía representada en estas fiestas, también el extendido culto de Mitra sentía identificación por estos días de libertinaje. La religión mitraica era un culto solar de origen persa muy extendido sobretodo entre los soldados romanos. Al final de las Saturnalia, el día 25 de Diciembre, se celebraba el Nacimiento del Sol Invicto, coincidiendo con la época del Solsticio de Invierno, palabra  que deriva del latín sol y sístere ("permanecer quieto").

    Según esta religión este era el momento de la resurrección del sol, alargándose los días cada vez más hasta su momento de máximo esplendor a mitad del verano.


    Tyrrhenian Sea and Solstice Sky (23:38 Universal Time.)

    Después del día 25, empezaba el festival de Sigillaria, dedicado, sobre todo, a hacer regalos a los niños: anillos, muñecos de terracota, sellos, tablas de escritura, dados, pequeños objetos, monedas, y, ¡bolsas llenas de canicas! Hay muchos bajorrelieves y documentos que reflejan a los niños romanos jugando a las canicas durante la Saturnalia. 


    Niños jugando a las canicas


    Los mitraístas dedicaban estos días a agasajar a los niños, símbolo del renacimiento y la juventud, con regalos de todo tipo: muñecos de terracota, anillos, sellos, dados, bolsas de canicas, etc. Otra tradición muy extendida era la de decorar las casas con plantas verdes repletas de muñecos y adornos, un claro antecedente del árbol de navidad que utilizamos años después.

    La Navidad cristiana

     

    Tras años de paganismo y con los cristianos practicando su culto de forma ilegal, el emperador Constantino (272 d.C. -337 d.C.) decidió legalizar esta religión en el 321 d.C. Este mismo emperador decidió que el día del Nacimiento del Sol Invicto sería una nueva fiesta cristiana, la del nacimiento de Cristo, asimilando así ambas festividades para que cristianos y paganos pudiesen festejarlo al mismo tiempo.

    Más tarde, en el 350 d.C., el papa Julio I hizo oficial que el 25 de Diciembre se celebrara la Fiesta de la Natividad de Cristo o Navidad como se la conoce de forma más común. A partir de entonces esta fiesta fue extendiéndose junto al culto cristiano, popularizándose y asimilando las formas de celebración que los distintos pueblos venían realizando para el Solsticio de Invierno.


    La Navidad está íntimamente relacionada con las manifestaciones del espíritu, expresado en las letras y en las artes tratando de reflejar y transmitir dicho espíritu de la Navidad a través de sus creaciones.




    Mural de la iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán que muestra el nacimiento de Jesucristo

    Raphael
    A través de estas obras podemos sentir el verdadero significado de la Navidad dentro de cada uno de nosotros, para que despierte lo mejor que hay en nosotros, como la solidaridad con los demás, el deseo de paz en el mundo, la justicia con los más desfavorecidos, en fin, la necesidad de sentir la presencia de Dios dentro de cada uno.
    Leonardo da Vinci











    LA NAVIDAD EN EL ARTE

    lunes, 29 de noviembre de 2010

    Esa desgraciada Y griega

    Una joyita para Homero

    En el blog POMPILO, que se define a sí mismo como el diario esporádico de un profesor de Griego, descubro maravillada la reseña que hace sobre el Chicago Homer.
    Se trata de un portal multilingüe que cubre toda la Épica griega arcaica.
    Y para completar el hallazgo, Pompilo nos recrea con la inclusión de unas lecturas recitadas por el profesor Agustín García Calvo de algunos versos de la Ilíada. ¡Qué bien lo hace! Estudié Métrica latina con él en 4º Curso de Filología Latina en al UCM y todavía recuerdo encantada cómo nos enseñaba a "cantar" a Virgilio, a Ovidio, a Horacio y a su querido Catulo. Eso era también una joyita. Eso era "enseñar·" para él y "aprender" para nosotros. En fin... O tempora

    miércoles, 17 de noviembre de 2010

    UNA REFLEXIÓN SOBRE EL CONCEPTO Y EVOLUCIÓN DE "ESCUELA"

    Parece ser que se trata de REFLEXIONAR, de PENSAR sobre la Escuela de 2018. ¿Cómo creemos que será? o ¿Cómo nos gustaría que fuera? No es tarea baladí.

    Intentando organizar los contenidos de este artículo, me viene a la cabeza -imagino que por deformación profesional- la idea que los clásicos tenían de la escuela y que la RAE abunda en ella en una de sus acepciones como "el conjunto de discípulos seguidores o imitadores de una persona o su doctrina".

    Si nos remontamos al origen etimplógico, su significado proviene de la voz griega scholé (σχολή), pasando por el vocablo latino schola, antecedente inmediato del español, del que tomó los dos significados de más amplia referencia:
    1. lugar donde se realiza la enseñamza, aprendizaje
    2. doctrina que se enseña y aprende
    No puedo ceder a la tentación de pensar en el maravilloso lienzo que Rafael tituló "La Escuela de Atenas" en el que ha introducido la escena en un templo de inspiración romana enlazando así con la idea de "templo de la Filosofía". Grandes pensadores y "maestros" conversan amigablemente: Platón y Aristóteles, o Sócrates con el joven Alejandro, o Pitágoras, Epicuro, Heráclito, Diógenes, Euclides, Ptolomeo, etc. 


    Fue Grecia, como cuna del pensamiento, quien, en la evolución educativa, configura la paideia (παιδεία) como "técnica o arte de preparar al niño < παῖς, παιδός), es decir, es término por el que nosotros traducimos "educación", término proveniente del vocablo latino educare, que significa "criar, nutrir, alimentar".
    Platón definía la educación como "el proceso de perfeccionamiento y embellecimiento del cuerpo y del alma". Veinticinco siglos después siguen vigentes, a mi entender, las funciones principales que él atribuía a la educación:
    1. la formación del ciudadano
    2. la formación del hombre virtuoso, en cuanto que tiene que adquirir una serie de valores 
    3. la preparación para una profesión
    Ya sé que todo esto suena tan...¿lejano?, ¿anticuado?; pero, nos guste o no, ahí están nustras raíces culturales.
    En mi opinión nuestra misión es EDUCAR en el concepto más amplio del término: formar a nuestros alumnos, transmitirles los valores que les ayuden a tener presentes en sus vidas y a tener respeto por la libertad, por la intimidad, por la superación personal, por la vida, por la justicia, por la paz.. Porque sin tener como refencia estos valores de nada sirve la instrucción y la enseñanza de las distintas disciplinas que impartimos en nuestras aulas. Es fundamental en cualquier nivel educativo: pequeñitos, menos pequeñitos y más grandes.

    Y, si no, que se lo digan a Mafalda. Ella sí que era sabia





    Ahora bien, aplicar este modelo de transmisión como reflejo y ejemplo de una buena base para educar no se contradice en modo alguno con la aplicación de la metodología que, sin duda,  se ha ido transformando a marchas forzadas.

    Eran otros tiempos cuando se enseñaba de aquellas maneras??? He encontrado un vídeo que incluyo al hilo de esto y, de paso, sirve para constatar los de "aquellos tiempos"




     Afortunadamente la cosa ha ido a mejor y ya es imposible dar la espalda a todas estas herramientas con las que poco a poco vamos familiarizándonos y que hasta hace no muchos años no podíamos ni imaginar.

    Este curso de la Web 2.0 me parece el paradigma más claro y evidente para abogar por lo que sin duda será la escuela futura -creo que lo será antes de 2018-. Pero sumergirse en estas técnicas tan diferentes supone un esfuerzo ingente por parte de todos; a las pruebas me remito: quienes, desde su experiencia basada en el conocimiento, nos están enseñando a hacer lo que ellos ya saben, no lo hacen sin más, sino que con su ilusión nos contagian su ánimo haciéndonos ver fácil hasta lo que no lo es tanto. Al final, y a veces después de mucho tiempo intentándolo, llegamos a decir: "Pues es verdad; si no era tan difícil" Y, de eso se trata.
    Todo ello me hace abundar en la idea de que la lección magistral y presencial no tiene porqué ser la mejor vía para lograr lo objetivos que cualquier docente contempla ante sus alumnos; pero también es cierto que la labor, formación y ganas de trabajar del docente son fundamentales.  Son necesarios nuevos medios, nuevos materiales, nuevas estrategias, pero, sin duda, tan necesarios e imprescindibles son los profesionales que nos tenemos que involucrar para hacer realidad esa Nueva Escuela ¿de 2018?