dimidium facti qui coepit habet: sapere aude (Horacio, Epístolas, libro I, Epístola 2 v. 40)
quien logra empezar tiene hecho lo más difícil: atrévete a pensar

domingo, 19 de diciembre de 2010

NAVIDAD / SATURNALIA

Las Saturnalia eran unas fiestas en honor a Saturno, en un principio, dios de la agricultura y las cosechas. Con el tiempo fue equiparado a la divinidad griega Crono, dios del tiempo.

Esta fiesta rememoraba la Edad de Oro de la Humanidad en la que Saturno gobernaba y en la que no existían las diferencias sociales, el sustento no se ganaba con el trabajo, reinaba la paz y siempre había comida.

Al igual que se hace en nuestra era, el año se cerraba con unas festividades de alegría, paz y felicidad, pues estas conmemoraciones festejaban el fin del año y el comienzo de otro nuevo.

 

Durante el tiempo que duraban estas fiestas, los patricios romanos abandonaban sus elegantes togas y vestían ropajes más sencillos y los esclavos dejaban de serlo por unas horas para vestir los atuendos de sus amos, incluso se permitía a estos criticar a sus señores con impunidad.
 
Las celebraciones comenzaban con un sacrificio frente al templo de Saturno en el Foro Romano y continuaban con un fastuoso banquete público.

El templo de Saturno en el Foro romano

La duración de las fiestas fue un asunto no exento de polémica durante la época romana. En un principio se circunscribía al día del sacrificio pero después fue alargándose varios días hasta llegar a durar una semana entera, algunos emperadores como Augusto acortaron su duración pero la presión popular provocó que volvieran a tener una semana de duración.

La costumbre en Saturnalia era salir a la calle a bailar y cantar con el pelo adornado con guirnaldas y velas en las manos. Se solía visitar a parientes y amigos y agasajarlos con regalos entre los cuales eran populares las frutas, velas y figuritas de terracota.

También era habitual cometer todo tipo de excesos con la comida y la bebida, siendo estos unos días de desenfreno y bacanales, hasta el punto que los cristianos utilizaban el término "saturnalia" cuando se referían a una orgía.

El poeta Catullo (84 a.C-54 a.C) decía que eran “los mejores días” y Séneca El Joven (4 a.C-65 d.C) que “toda Roma se volvía loca” durante las fiestas: “La multitud se deja llevar por los placeres”, escribió.

Los romanos salían a la calle a bailar y cantar con guirnaldas en el pelo, portando velas encendidas en largas procesiones. La Saturnalia era una ocasión para visitar a los amigos y parientes e intercambiar regalos.


Intercambio de regalos

 

Saturno, Mitra y la Navidad

 

Pero no solo la pagana religión romana se veía representada en estas fiestas, también el extendido culto de Mitra sentía identificación por estos días de libertinaje. La religión mitraica era un culto solar de origen persa muy extendido sobretodo entre los soldados romanos. Al final de las Saturnalia, el día 25 de Diciembre, se celebraba el Nacimiento del Sol Invicto, coincidiendo con la época del Solsticio de Invierno, palabra  que deriva del latín sol y sístere ("permanecer quieto").

Según esta religión este era el momento de la resurrección del sol, alargándose los días cada vez más hasta su momento de máximo esplendor a mitad del verano.


Tyrrhenian Sea and Solstice Sky (23:38 Universal Time.)

Después del día 25, empezaba el festival de Sigillaria, dedicado, sobre todo, a hacer regalos a los niños: anillos, muñecos de terracota, sellos, tablas de escritura, dados, pequeños objetos, monedas, y, ¡bolsas llenas de canicas! Hay muchos bajorrelieves y documentos que reflejan a los niños romanos jugando a las canicas durante la Saturnalia. 


Niños jugando a las canicas


Los mitraístas dedicaban estos días a agasajar a los niños, símbolo del renacimiento y la juventud, con regalos de todo tipo: muñecos de terracota, anillos, sellos, dados, bolsas de canicas, etc. Otra tradición muy extendida era la de decorar las casas con plantas verdes repletas de muñecos y adornos, un claro antecedente del árbol de navidad que utilizamos años después.

La Navidad cristiana

 

Tras años de paganismo y con los cristianos practicando su culto de forma ilegal, el emperador Constantino (272 d.C. -337 d.C.) decidió legalizar esta religión en el 321 d.C. Este mismo emperador decidió que el día del Nacimiento del Sol Invicto sería una nueva fiesta cristiana, la del nacimiento de Cristo, asimilando así ambas festividades para que cristianos y paganos pudiesen festejarlo al mismo tiempo.

Más tarde, en el 350 d.C., el papa Julio I hizo oficial que el 25 de Diciembre se celebrara la Fiesta de la Natividad de Cristo o Navidad como se la conoce de forma más común. A partir de entonces esta fiesta fue extendiéndose junto al culto cristiano, popularizándose y asimilando las formas de celebración que los distintos pueblos venían realizando para el Solsticio de Invierno.


La Navidad está íntimamente relacionada con las manifestaciones del espíritu, expresado en las letras y en las artes tratando de reflejar y transmitir dicho espíritu de la Navidad a través de sus creaciones.




Mural de la iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán que muestra el nacimiento de Jesucristo

Raphael
A través de estas obras podemos sentir el verdadero significado de la Navidad dentro de cada uno de nosotros, para que despierte lo mejor que hay en nosotros, como la solidaridad con los demás, el deseo de paz en el mundo, la justicia con los más desfavorecidos, en fin, la necesidad de sentir la presencia de Dios dentro de cada uno.
Leonardo da Vinci











LA NAVIDAD EN EL ARTE